En nuestra manera de percibir la vida, que tiene tantas subidas y bajadas emocionales y en la que algunos de nosotros experimenta la depresión y por ende una sensación de constante vacío, cabe preguntarse si se es posible soltar el sufrimiento, si ese lugar dentro nuestro como un atardecer desolado podría dar lugar a otro paisaje.
Aquí aparecen algunas cuestiones que debemos profundizar, entre ellas si hay algún tipo de placer en el sufrimiento mismo, en la sensación que experimentamos, es difícil para nosotros llegar a considerar que las emociones negativas son un tipo de placer, y que llega a ser tan fuerte que repetimos muchas de nuestras reacciones y nuestros estados negativos cada día debido al apego que sentimos de estas sensaciones.
Al parecer estamos atrapados dentro de estas sensaciones que parecen tener justificación, seamos conscientes o inconscientes de esto, además sentimos muchas veces que las reacciones negativas son una respuesta justa, así sea autodestructiva, para procesar nuestro dolor, nuestro sentimiento de culpa o nuestro miedo.
Hasta que un día descubrimos, que detrás de esas sensaciones, está nuestro niño interior, nuestra inocencia, esperando que podamos profundizar hasta sentirla y asi querer con todo el corazón tomarlo en nuestros brazos y darle otra posibilidad de relacionarse con la vida.