Descubriendo la verdadera sensibilidad



Muchas veces sentimos la sensibilidad, como la capacidad que tenemos de sufrir por las circunstancias que nos cuesta trabajo incorporar, pero un día llegamos a comprender que la sensibilidad en el sentido más profundo del término es la capacidad de no generar sufrimiento, ni a nosotros, ni a nuestros semejantes.

Cuando la sensibilidad se desarrolla, el dolor que se experimenta por las circunstancias complejas que vivimos, o que los demás sufren, por cualquier condición de experiencia, se convierte en la fuerza interna de querer contribuir a la transformación positiva de las circunstancias.

La sensibilidad se convierte en acciones, en búsqueda, en tejido, en solidaridad, en el anhelo de llegar a una verdadera conexión humana.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *