Todo lo que estamos contemplando alrededor es una forma de percibir la realidad, esta percepción que tenemos no ha requerido ningún tipo de esfuerzo de nuestra parte para estar ahí, se ha formado desde el vientre de nuestra madre, es una herencia sumada a lo que hemos vivido en nuestra niñez, la influencia de nuestra sociedad y el mundo que nos rodea.
La pregunta es si hay algún modo de transformar la forma en la que percibimos, y entonces empezamos a entender que un nuevo estado de percepción requiere ser creado.
Cuentan que cuando Sidharta Gautama enfrentó la enfermedad, la vejez y la muerte, sintió que la condición humana y su propósito eran un sin sentido, y entonces surgió un deseo en él de encontrar sentido a la vida y ese deseo lo llevó a indagar a profundizar en su corazón y su alma, hasta crear un nuevo estado de percepción donde se reveló su Ser y la comprensión de la belleza y sacralidad de la Vida.