En que lugar decirlo, en el mar las olas podrían acompañar las palabras en la sutil frecuencia de su ritmo, y entonces tu nombre abarcaría las historias del mar, el ir y venir de los ritmos de las estrellas y las flores y tú en el núcleo sagrado e intimo de la ternura. Eso es lo que traes cada instante, un rocío que irradia de tus ojos y bautiza la vida.
En la búsqueda de sentido, cada aspecto, cada manifestación guarda un resplandor secreto que invita al viajero a no detenerse y se abren para él todas las direcciones, los círculos, las espirales, los días y las noches, los laberintos, los senderos imaginados; todos esos caminos y secretos de pronto en el instante de tu risa se desvanecen, en el instante de tu danza destilan la belleza oculta.
No imaginaba que para conocer la integra luz de la mujer, la naturaleza sagrada te traería envuelta en el manto de la infancia, y me permitiría acompañar tu crecer desde la primera respiración, y ahora absorto frente a este regalo te abrazo en la alegría incondicional, en la palabra y en el silencio de mi alma.
Hermosas palabras que hermosa tu hija
Me encanta la poesía, lo escucho y es como si lo escuchara de tu voz